Tiempos Recios

Tiempos Recios es una novela histórica ubicada en Guatemala del principio de la segunda mitad del siglo XX. La proximidad histórica, geográfica y personal a los hechos que dan marco a la novela sumado a la reconocida calidad de Mario Vargas Llosa la hace interesante de entrada. 

Literariamente, Vargas Llosa cuenta una historia rica en personajes, detalles, con movimientos bruscos de tiempo que a veces confunden al lector, pero no tanto como para asustarlo mas para mantenerlo conectado. Sobresale el esfuerzo del autor peruano por usar modismos chapines lo que hace que la historia sea aún más sensacional.

Tiempos Recios es más la historia de Martita Borrero la Miss Guatemala que nunca fue y del dominicano Johnny Abbes, operador del dictador Trujillo. Dos vidas complicadas que se cruzan con un interés común. La historia del Coronel Jacobo Arbenz, de la mal llamada Primavera Democrática, del movimiento de Liberación Nacional y el Coronel Carlos Castillo Armas, y la United Fruit Company van construyendo el laberinto por donde se desenvuelven las vidas de los personajes.

Si bien es cierto que Vargas Llosa hizo su tarea por entender los hechos de la época, él mismo aclara que no es su intensión narrar la historia como hechos verídicos. Es así que Tiempos Recios no es una respuesta al debate de lo que realmente ocurrió en Guatemala en aquellos años. No se puede negar la situación general del juego geopolítico de la época. Siendo una historia bien hilvanada y en un contexto próximo es fácil caer en la tentación de creer todo lo que dice. Según se sabe lo que entusiasmó a Vargas Llosa con la historia de la Guatemala del medio siglo XX fue su conexión con Trujillo y la posibilidad de hacer una especie de secuela de La Fiesta Del Chivo. Es comprensible que prefiera las teorías que refuerzan esta conexión. Para más información ver  Vida y magnicidio de Carlos Castillo Armas de Rolando Girón Romero.

Tiempos Recios nos recuerda lo complejo que fueron aquellos años, pero no por ello debemos olvidar que es una novela y por lo mismo Mario Vargas Llosa tiene licencia para llenar con creatividad los vacíos históricos, de elegir las interpretaciones que más ayuden a la trama e incluso a cambiar los hechos para mantener al lector pegado al libro.